La Bioneuroemoción es el arte de acompañar a la persona a encontrar la emoción oculta, esencial (el resentir) asociada al síntoma que hay (la enfermedad) para descodificarla y así favorecer la curación mediante la liberación de la emoción que hay en el inconsciente y trascender dicha emoción transformándola. Enric Corbera

¿ PARA QUÉ MI BIOLOGÍA SE EXPRESA DE ESA MANERA?

Juana María Martínez Camacho

FORMACIÓN EN BIONEUROEMOCIÓN: acompañante en Bioneuroemoción.

Diplomada:

CP-1 Bases de Biodescodificación por la aeBNE (Asociación Española de Bioneuroemoción)

CP-2 PNL (Programación Neurolinguistica) e Hipnosis Ericksoniana aplicadas a la Biodescodificación (Bioneuroemoción).

CP-3 Formaciones Específicas en Biodescodificación (Bioneuroemoción)

tel. 653-936-074

www.centroelim.org

Av. Sudamérica 7 (junto a Plaza Los Libertadores)

Roquetas de Mar- Almería- España

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jueves, 11 de abril de 2024

Creencias y Biología

 

Los pensamientos positivos por sí solos no logran la curación física en todos los casos.

Se necesita algo más que «pensamientos positivos» para mantener el control de tu cuerpo y de tu vida.

Es importante para tu salud y tu bienestar que cambies tu forma de pensar y te concentres en los pensamientos vitales y positivos, además de eliminar los siempre presentes y extenuantes pensamientos negativos.

Pero, el mero hecho de pensar en positivo no tiene por qué provocar un cambio en nuestras vidas.

De hecho, en ocasiones la gente que «fracasa» a la hora de tener pensamientos positivos se vuelve más débil, ya que cree que su situación es irremediable: cree que ya ha agotado todos los remedios mentales y físicos.


Hay que comprender que la parte consciente y la parte subconsciente de la mente, son independientes.

La mente subconsciente, procesa alrededor de veinte millones de estímulos por segundo (frente a los cuarenta que interpreta la mente consciente en ese mismo tiempo)

La mente consciente es la creativa, la que puede conjurar los «pensamientos positivos».

Por el contrario, El subconsciente, es uno de los procesadores de información más poderosos que se conocen, examina con detenimiento el mundo que nos rodea y las señales internas; percibe las condiciones del entorno y reacciona de forma inmediata seleccionando un comportamiento previamente (aprendido) y todo sin la ayuda, la supervisión o siquiera la conciencia de la mente consciente.


La mente subconsciente es estrictamente maquinal; repite las mismas respuestas a las señales vitales una y otra vez.

¿Cuántas veces has montado en cólera por algo tan nimio como encontrarte un tubo de pasta de dientes abierto?

Aprendiste desde niño a poner el tapón con mucho cuidado. Cuando encuentras el tubo de pasta abierto, se te «cruzan los cables» y montas en cólera de forma automática. No es más que una sencilla reacción estímulo-respuesta del programa de comportamiento almacenado en el subconsciente.


En lo que se refiere a la capacidad de procesamiento neuronal, la mente subconsciente es millones de veces más poderosa que la consciente.

Si los deseos de ésta entran en conflicto con la programación del subconsciente, ¿cuál de las dos crees que ganará?

Puedes repetir una y otra vez la afirmación positiva de que eres encantador o que tu cáncer remitirá.

Pero si de niño escuchaste una y otra vez que no sirves para nada y que estás enfermo, esos mensajes programados en el subconsciente socavarán tus mejores esfuerzos conscientes por cambiar tu vida.

Las conductas o comportamientos reflejos pueden ser tan simples como el hecho de estirar la pierna cuando te dan golpecitos con un martillo en la rodilla o tan complejos como conducir un coche, te metes en el coche, lo pones en marcha y revisas sin darte cuenta la lista de la compra mientras el subconsciente se encarga de activar todas las complejas habilidades necesarias para conducir sin problemas por la ciudad, sin que tengas que pensar ni una vez en cómo se conduce.

Conduces mientras mantienes una conversación con la persona que se sienta a tu lado y estás tan absorto en la charla que en algún punto de la carretera te das cuenta de que llevas cinco minutos sin prestarle atención a la conducción.

Si tú no estabas conduciendo el coche durante ese lapso de tiempo, ¿quién lo hacía? ¡La mente subconsciente! Aunque tú no estuvieras pendiente, el subconsciente ha conducido tal y como le enseñaron a hacerlo durante las clases de conducción.


Aunque las respuestas condicionadas pueden ser particularmente complejas, son «descerebradas».

Durante el proceso de aprendizaje condicionado, las rutas neurales establecidas entre los estímulos y las respuestas se estructuran para asegurar un patrón repetitivo. Estas rutas son los «hábitos».

Los humanos y cierto número de mamíferos superiores han desarrollado una región especializada del cerebro asociada con el pensamiento, la planificación y la toma de decisiones llamada corteza prefrontal.

Esta región del cerebro es en apariencia el asiento de la mente consciente es un «órgano sensorial» de evolución reciente que observa nuestros comportamientos y emociones.

La mente consciente también tiene acceso a la mayor parte de los datos almacenados en nuestro banco de memoria a largo plazo.

Éste es un rasgo importantísimo, ya que nos permite considerar la historia de nuestra vida cuando planeamos nuestro futuro de forma consciente.

Con esta habilidad de ser autorefleja, la mente consciente puede observar y programar nuestros comportamientos, evaluados y decidir cambiar la programación de forma deliberada. Podemos decidir cómo reaccionar a la mayor parte de las señales del entorno, incluso si queremos reaccionar o no.

La capacidad de la mente consciente de obviar la programación del subconsciente, es la base del libre albedrío.

No obstante, hay que prestar mucha atención, ya que en caso contrario la programación subconsciente toma las riendas; es una tarea difícil, como puede atestiguar cualquiera que haya puesto a prueba alguna vez su fuerza de voluntad. La programación subconsciente se hace con el control en el momento en que la mente consciente se descuida.

La mente subconsciente funciona mediante el estímulo-respuesta; no existe en esa parte de la «maquinaria» “algo” que reflexione sobre los resultados a largo plazo de los programas que ponemos en marcha.

La capacidad del cerebro humano para «aprender» ideas es tan avanzada que no necesitamos una experiencia directa, podemos adquirirlas de forma indirecta a través de maestros.

Una vez que aceptamos las ideas de otros como «verdades», dichas ideas se graban en nuestro cerebro y se convierten en nuestras «verdades».

Aquí es donde surge el problema: ¿qué ocurre si las ideas de nuestros maestros no son acertadas?

En esos casos, los cerebros se llenan de ideas erróneas.

El subconsciente funciona sólo en el «ahora». En consecuencia, los conceptos erróneos de nuestro subconsciente no son «monitorizados» y suelen llevarnos a comportamientos desacertados y coartados.

Sí, los conceptos «controlan» la biología, pero, como ya hemos visto, estos conceptos pueden ser ciertos o falsos. Así pues, deberíamos ser más precisos y referimos a estas ideas como «creencias».

¡Las creencias controlan la biología!

Un ejemplo muy conocido de como una creencia afecta a nuestra biologia es el efecto placebo.

Todos los estudiantes de medicina saben, que la mente puede afectar al cuerpo. Saben que algunas personas mejoran cuando creen (de forma equivocada) que están recibiendo un tratamiento médico.

Cuando los pacientes mejoran tras recibir una pastilla de azúcar, la medicina lo define como «efecto placebo», el «efecto de las creencias», es un testimonio extraordinario de la capacidad de sanación de la unión cuerpo-mente.

Cuando la mente mejora la salud mediante la sugestión positiva, se le denomina efecto placebo. Por el contrario, cuando esa misma mente está llena de pensamientos negativos que pueden deteriorar la salud, los efectos negativos producidos se conocen como «efecto nocebo».

En medicina, el efecto nocebo puede ser tan poderoso como el efecto placebo, algo que deberías tener muy en cuenta cada vez que entres en la consulta de un médico. Los médicos y terapeutas pueden enviar mensajes desesperanzadores a sus pacientes con sus palabras o sus gestos, también las creencias que pueda tener el paciente sobre el diagnostico medico que está recibiendo, pueden ser decisivas, si recibimos un diagnostico de cáncer y nuestro subconsciente tiene la programación cáncer = muerte, “ automáticamente se genera una sentencia, “me voy a morir” y esta creencia instalada en el subconsciente, va a invalidar todos los esfuerzos conscientes de sanación.

Los problemáticos casos de efecto nocebo sugieren que los Médicos, los padres, los profesores, etc., pueden robarte la esperanza haciéndote creer que no puedes hacer nada.


Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes … tienes razón. 
(Henry Ford.)

Tus creencias actúan como los filtros de una cámara, cambiando la forma en la que ves el mundo. Y tu biología se adapta a esas creencias.

Cuando reconozcamos de una vez por todas que nuestras creencias son así de poderosas, estaremos en posesión de la llave a la libertad.

Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus actos, tus actos se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino.

La Biología de la Creencia
Bruce Lipton.

sábado, 11 de febrero de 2023

Psicogenealogía


La psicogenealogía parte de la premisa de que determinados comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación e impiden al sujeto autorrealizarse, por lo que para que un individuo tome consciencia de ellos y se pueda desvincular de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico. Podría decirse, que en ocasiones estamos “poseídos” por nuestras familias, particularmente las relaciones con nuestros padres juegan un papel fundamental en la formación de la psique del individuo, por lo que resulta imprescindible desatar esos “nudos” con el pasado, e ir descargando el peso de las experiencias de vida que no nos corresponden.

El árbol está vivo dentro de mí. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. Nadie tiene problemas individuales porque toda la familia está siempre en juego. El inconsciente familiar existe. Desde el mismo momento en que alguien toma conciencia de algo, hace 
que todos los suyos también la tomen. Ese alguien es la luz. Si uno hace su trabajo, todo el árbol se purifica.

Alejandro Jodorowski


El árbol genealógico es a la vez nuestra mayor trampa y nuestro tesoro más preciado. Trampa que lleva a traicionarnos a nosotros mismos por quedarnos apegados fielmente a contratos inconscientes. Tesoro que nos engendra y nos da la posibilidad de vivir desarrollando la conciencia.

Trabajamos con un organismo vivo. El árbol genealógico no es un fósil enterrado, vive y se transforma constantemente con cada nueva generación y es por esto por lo que no utilizamos una técnica que serviría para la fabricación en serie. 

Los condicionamientos emocionales y de conducta grabados por nuestro linaje en nuestro inconsciente personal, el yo más desconocido y misterioso, determinan nuestra postura frente a la vida y conducen nuestros actos irremediablemente a repeticiones de patrones dolorosos en distinto ámbitos personales, de los que difícilmente podemos escapar. 
El análisis psicogenealógico de nuestro propio árbol, nos devela las causas originales que desencadenaron esos patrones. Su visión y comprensión ya de por si resulta sanadora pero podemos dar un paso más hacia la superación de esas hirientes rutinas que nos privan de vivir en su plenitud y conciencia.

Marianne Costa.

La genealogía es un lenguaje de precisión matemática, un sistema de repeticiones con fechas, enfermedades, muertes, situaciones, nombres: mapas neurológicos que se recorren y transmiten de generación en generación.

Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol y eso se manifiesta en nosotros como expiatorio haciéndonos sufrir, impidiéndonos amar, tener relaciones sexuales, realizarnos… ser felices, en definitiva. La memoria de nuestro árbol genealógico está siempre presente.

Con frecuencia los padres proyectan sus imágenes o deseos sobre sus hijos, en lo que se llama proyecto parental. Con él nos imponen sutilmente un papel, una personalidad y, en última instancia, un destino al que debes adaptarte para no ser rechazado por el clan.

A veces para explicar un gesto que hacemos, una actitud o un dolor, es necesario remontarse a casi cuatro generaciones. Hay elementos que vamos repitiendo.

Para imponernos ese destino usan el lenguaje no verbal propio de cada familia, hecho de miradas, silencios y gestos. Y en ocasiones, incluso aparecen las órdenes literales como: “serás un fracasado”. Cuando se desentrañan los secretos subliminales del árbol, las fechas de nacimientos, enfermedades, muertes o matrimonios, aparecen sorprendentes correspondencias. Comienzan a reafirmarse los lazos sutiles que la mente establece con quienes nos rodean. Si somos capaces de transformar nuestro mito familiar, también cambia el Universo. El bien que hagas, como dice la Biblia, repercutirá en mil generaciones.

Cristóbal Jodorowski




Todo está en el árbol genealógico, por tanto debemos investigar en el árbol familiar. Esta metodología tiene su base en que todos los problemas provienen de nuestros antepasados. Nosotros somos nuestra familia completa, andamos acarreando a nuestros ancestros, tenemos en nuestra espalda su historia, y esa historia está viva y se manifiesta en distintas circunstancias, edades y generaciones.

El árbol nos condiciona de todas las maneras imaginables. Influye en todo: “estamos poseídos por nuestro árbol” hay tanto que desconocemos de nuestra familia que eso inconscientemente se mueve detrás del escenario racional y nos conduce por la vida. Nos conduce por lo que llamamos el destino familiar: Nos influye en el plano material: (económico, laboral, salud-enfermedad) en el plano emocional: (relaciones de pareja, hijos, amigos…) en el plano sexual creativo, en el plano intelectual, en fin, en todo porque venimos de un árbol, como hijos somos fruto de ese destino familiar y luego reproducimos lo mismo por inconsciencia y no lo digo como juicio, sino porque en nuestra cultura occidental no valoramos las raíces, los antepasados, no sabemos las historias completas y porque en todas las familias hay secretos.

Sanamos el árbol realizando lo que somos auténticamente. Haciendo nuestro destino personal. Echando luz en nuestras raíces, conociendo nuestro árbol familiar, para eso es la psicogenealogía. Y luego hay que resolver: para eso es la psicomagia.

Gabriela Rodríguez


“En cada generación, los nuevos miembros de la familia se ven obligados a no ser lo que son (individuos que desarrollan su consciencia, obedeciendo las proposiciones del futuro) y a ser lo que el clan quiere que sean (individuos que obedezcan los límites impuestos por el pasado, sacrificando sus sueños).

Los padres así reprimidos provocan en sus hijos un conflicto doloroso: queremos que te realices, que obtengas lo que nosotros no pudimos obtener, pero si así lo haces, vas a destronarnos, a atentar contra los principios del clan. Te hemos amado porque eres como nosotros: si te diferencias dejaremos de amarte.

Todos los objetos que nos rodean influyen en nuestra vida de una manera positiva o negativa. El inconsciente da un significado simbólico a cada cosa, en nuestro espíritu ellas adquieren una forma de vida. Actúan como llaves que abren viejos traumas haciéndolos derramar el dolor reprimido, aunque con "buenas intenciones", nuestros padres y educadores nos adjudicaron definiciones negativas.

Estas perduran durante muchos años impidiéndonos desarrollarnos con placer, cuando unos padres exigen al pequeño que se comporte como un adulto, lo carga de responsabilidades, de sus propios problemas, le quita tiempo y espacio para jugar, le impide vivir su niñez con plenitud, está robándole la infancia y cometiendo un abuso en toda regla, actuando de esta manera infantil, convierten a sus hijos en adultos antes de tiempo.

La pesada responsabilidad que les echan encima, les impide desarrollar la actividad más importante para un infante: poder jugar. A causa de esto, crecen reprimiendo una constante tristeza: no se saben entretener. Lo único que saben es adquirir responsabilidades, olvidándose de ellos mismos y repitiendo una y otra vez la historia familiar.

Alejandro Jodorowsky




TRANSGENERACIONAL

Es todo aquello relacionado con las memorias. El denominador común es ¿qué vamos a esconder en el clan? El objetivo del análisis transgeneracional es poder poner en nuestra consciencia la historia de la familia, comprenderla y poder comprender el rol, al que estamos (inconscientemente) invitados a jugar a lo largo de nuestra vida. De esta forma estamos invitados a resolver situaciones que han sido excluidas de la conciencia familiar.

Al analizar el Transgeneracional, tomamos en cuenta y evaluamos el modo en que cada persona reacciona frente a los sucesos que le toca vivir en su entorno familiar, laboral, social, ya sean próximos o lejanos, sirva el ejemplo, de cómo la persona pone resistencia, frente a la presencia de un “Secreto familiar”.

El Transgeneracional es la información que el inconsciente biológico guarda y que el clan familiar transmite de generación en generación para que un conflicto se pueda resolver en generaciones posteriores.






¿QUÉ NECESITAS PARA ARMAR EL ÁRBOL GENEALÓGICO?

* Averiguar las fechas de nacimiento y defunción hasta la 3º generación.(para comenzar vale que sea hasta la 2º generación, si te es difícil conseguir la 3º)

* Averiguar: muertes prematuras y abortos (provocados o espontáneos), aunque no se conozcan las fechas, el orden en que ocurrieron esos abortos.

* Ver los nombres propios que se repiten en el clan, las profesiones y las enfermedades.

* Averiguar si por esa época había guerra, si estuvieron en campos de concentración, ruinas económicas.

* Buscar secretos (siempre tienen que ver con dinero y sexo). Temas de herencia, incestos, abusos sexuales, hijos ilegítimos o fuera del matrimonio, violencia, etc.

* Repeticiones en accidentes, violaciones, duración de los matrimonios, profesiones, nº de hijos, nº de abortos.

* Fechas que coinciden con acontecimientos especiales (ej. el padre fallece el dia en que su hija se casa o da a luz…).

* Personas que emigran a América y un nieto suyo vuelve al país de origen de ese familiar.

* Ver si coinciden los nacimientos, ej. madre e hijo con fórceps; circunstancias de fallecimiento, de un accidente o de crisis vitales.

* Si tienes conflictos de pareja, fechas nacimiento de el/ella y fechas nacimiento y defunción, si procede, de sus padres.

* Enfermedades de los miembros del clan.

- Luego, según el caso se te pueden pedir algunos datos mas, complementarios.





PROYECTO SENTIDO

Cuando un niño está en el vientre de su madre, vive los estados emocionales de ella cien por cien. No existe una separación entre el yo de la madre y el yo del niño.

Muchas vidas están condicionadas por el proyecto sentido, es liberador comprender el porqué de las dolencias, tendencias, adicciones, etc. El proyecto sentido se ve en muchos de los programas que luego revivimos como adultos.

Abarca desde antes de la concepción, la concepción, el nacimiento y hasta aprox. Los 3 años de edad.

Preguntar a mamá que pasaba por la cabeza de ellos antes de concebirte, porqué te concibieron, si fuiste deseado, buscado, o si fuiste un accidente, o un hijo para sustituir a otro (aborto), si querían una niña o un niño, cómo se siente la madre en las relaciones sexuales, cómo la relación con tu padre.

Averiguar el estado emocional de mama durante el embarazo y unos meses antes y después, cual era la situación familiar.

Datos como: vuelta del cordón umbilical, diabetes en el embarazo, hipertensión en el embarazo, placenta previa, desprendimiento de placenta, anemia, nacimiento prematuro, uso de incubadoras, hemorroides, incompatibilidad sanguínea. Parto natural, por cesárea. El contexto económico, político, social.


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CURSO PSICOGENEALOGÍA

Transgeneracional: Árbol Genealógico y Proyecto Sentido







jueves, 19 de enero de 2023

El corazón no entiende de razones, el corazón siente.


El estado de salud no es precisamente un estado, sino un dinamismo, un movimiento de adaptación permanente a lo real. Tenemos necesidades fundamentales que son estables, que no cambian, y existe una realidad exterior que cambia continuamente. Por lo tanto, si no encontramos una solución consciente y voluntaria, la biología se encarga de encontrar una solución inconsciente e involuntaria. Christian Fléche

La enfermedad es una expresión del inconsciente biológico para dar solución a un problema de adaptación, real o metafórico, externo o interno; ante un conflicto psicoemocional o un desafío del medioambiente, la biología responde indistintamente. Cuando nuestra coherencia interna está desequilibrada, lo que busca nuestro inconsciente es recobrar el equilibrio.

Nuestro interior nos envía mensajes a través de síntomas psicofísicos, bien tomen la forma de una depresión, de una lesión muscular, o de una enfermedad. Nuestro inconsciente nos habla y, si no es escuchado, el síntoma va a seguir y a aumentar su intensidad hasta que le prestemos atención; por eso, cuando el síntoma es extremo podemos considerarlo como un “grito interior”.

Como vemos, todo esto refleja un movimiento del inconsciente por hacerse consciente; “el inconsciente quiere hacerse consciente”, y esto nos adentra en el nuevo paradigma: “la enfermedad viene a curarme”, la enfermedad me da la solución, la posibilidad de restaurar la coherencia, el equilibrio interior.


La emoción oculta

Cuando nos encontremos enfermos o desarmonizados, podemos reflexionar en qué no somos coherentes, aquí reside la clave de nuestra curación. Pero claro, a veces esta incoherencia no es tan evidente. En los procesos terapéuticos se descubre que, más allá de la incoherencia periférica o superficial, en algún lugar oculto existe una incoherencia profunda e inconsciente.

En realidad, una terapia profunda se dirige a encontrar las emociones ocultas que hay detrás de todo acontecimiento traumático o estresante que se pueda presentar a lo largo de nuestras vidas, y que nos puede llevar a crear pautas inconscientes que promuevan esta incoherencia.

Nuestro conflicto profundo es inconsciente, y el mayor estresor al que estamos expuestos es el conflicto entre consciente e inconsciente, entre la imagen y la sombra psicológica.

La emoción oculta tiene que ver con esa emoción que no pudimos gestionar en la infancia, o bien con esa emoción que “lesiona” la imagen que tenemos de nosotros mismos, la imagen que elaboramos para ser reconocidos y aceptados.

Por ejemplo, si me he identificado con una imagen pacífica y benévola de mí mismo, seguramente será muy difícil para mí aceptar emociones como la ira o el enfado. En este sentido, lo que suele suceder es que la mente tapa o evita esa emoción que considera “inaceptable”, aunque el corazón la sienta: “siento odio”, pero la mente no lo puede aceptar: “yo no odio”.

Entonces entramos en incoherencia. La evitación, la resistencia o la represión de cualquier emoción o pulsión interior, es el camino hacia la enfermedad, que es la solución adaptativa y la llamada de atención que el organismo nos ofrece para restablecer la coherencia.

El corazón no entiende de razones, el corazón siente.

En realidad, detrás de todo lo que nos sucede hay una historia de emociones mal gestionadas. Cuando sintamos desarmonía podemos conectar con nuestro corazón y preguntarnos: ¿de qué se trata, de qué me está hablando todo esto? Entonces nos silenciamos, y escuchamos… Sensaciones, sentimientos, emociones…

Sentir es el verbo para escuchar al corazón, sentir silenciosamente propicia la apertura de la inteligencia intuitiva, la inspiración, y la comprensión. El trabajo terapéutico está dirigido a buscar qué situación hemos vivido de manera conflictiva y está produciendo incoherencia en nuestra vida.

En realidad, el trabajo terapéutico tiene que ver con hacer consciente lo inconsciente. Al liberar la emoción oculta, los nudos, los impactos congelados, al tomar conciencia de las creencias y los programas implantados, cuando todo sale a la luz y es abrazado e integrado, entonces el conflicto se puede transformar, y entonces la persona se predispone a la coherencia. Pero claro, después de la toma de conciencia hay que pasar a la acción; no basta con saber, hay que ser y hay que hacer.

Es necesario reflejar esta nueva comprensión en nuestra vida cotidiana, plasmar esta nueva percepción en el mundo. Recordamos que el estado de coherencia aparece cuando la energía del corazón (lo que sentimos), la energía de la mente (lo que pensamos) y la energía de la voluntad (lo que hacemos) están alineados, y entonces es cuando el ocupante y todo el carruaje disfrutan profundamente del viaje.


En el mundo espiritual, el hombre ya no vive más gracias a los conflictos, porque vive en la inmediatez del presente. Christian Fléche

A. Consuegra

domingo, 1 de enero de 2023

Nuestra mente creadora (E. Corberá)

 

Nuestra mente, que nunca deja de crear a través de los pensamientos y sentimientos, se expresa en este campo cuántico y nos hace vivir una realidad, aunque no somos conscientes de que la estamos creando nosotros.

A esto se le llama vivir en un sueño. Nadie puede despertar de un sueño si cree que no está soñando. Nadie puede cambiar su vida si piensa que esta es fruto de la casualidad o de factores externos.

De alguna forma, hemos olvidado nuestro origen, nuestra fuente, de dónde procede este poder que es el que nos permite crear una realidad acorde con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones.

Nuestro mundo es la materialización producida por muchas personas que creen que estamos separados de todo lo que nos rodea, un mundo newtoniano, materialista, un mundo fruto del azar, de las fuerzas de la naturaleza, como si esta no tuviera dirección.

Parecemos ciegos a la evidencia de que todo lo que nos rodea es un plenum de inteligencia, de cooperación, de adaptación a las condiciones externas.

Debe haber alguna conexión entre el mundo material y este mundo invisible que lo sustenta todo y que lo proporciona todo, de la misma manera que debe haber una conexión entre el cuerpo terrenal, la mente y el espíritu que los alimenta.

La mente está dividida, es dual, pero no deja de crear nuestro mundo continuamente a través de estos programas guardados en el inconsciente. Precisamente por todo ello, la información debe guardarse, y se grabará en la parte más recóndita de la mente, a la que llamamos mente inconsciente.

Esta información se guarda y se expresa en los acontecimientos diarios hasta que tomemos conciencia, algún día, de quiénes somos realmente y del poder que tenemos.

Esta toma de conciencia nos hace despertar del sueño, nos permite transformar el impacto que produce un acontecimiento, siempre que nos mantengamos lo suficientemente alerta para guiar nuestras emociones en el momento crítico.


Todos los sufrimientos y dolores de nuestros ancestros se guardan en una memoria colectiva, que podemos llamar inconsciente colectivo.

El objetivo (irracional) es mantenernos alejados de posibles problemas o evitar sufrimientos experimentados por algún antepasado. Por ejemplo, la infertilidad de ciertas mujeres se explica cuando se descubre que en sus árboles hay mujeres que vivieron la maternidad en medio de la violencia, que vivieron con parejas a las que no amaban u odiaban y transmitieron al fruto de esa relación el estigma de este desamor.

En los descendientes, esto se expresa en conductas adictivas, violentas, enfermedades o, simplemente, en dificultades para hallar pareja o para tener hijos.

Esto es vivir en un sueño: no ser consciente de por qué o para qué te ocurren las cosas, de cómo es posible que te enamores de tal persona, o que ciertas historias se repitan continuamente por mucho que intentes evitarlo de forma racional.

Estos programas gobiernan tu vida y eres como una marioneta en sus manos.

Para poner fin a esta situación, es imprescindible despertar de este sueño, superar la inmadurez emocional para ser un adulto. Ser consciente de que eres el hacedor de tu vida, que debes cambiar de conducta a través de actos conscientes, mantener la mente alerta a todo lo que te rodea, sentir en tu cuerpo los síntomas como un mensaje del inconsciente.

Así recuperarás una cierta coherencia emocional, y esta se expresará en tu vida en acontecimientos llenos de congruencia, proporcionándote un sentimiento de paz. Ya no eres víctima, ya sabes que puedes alterar ciertos acontecimientos, y, si no es posible cambiarlos, los puedes vivir de otra manera.

Así empiezas a recuperar esa libertad tan anhelada. Estás despertando, tus sueños ya son lúcidos, puedes vivir tu realidad.

El estudio del árbol genealógico es un camino para ello.

El árbol genealógico ilumina el camino que estábamos siguiendo inconscientemente y nos hace ver que no somos víctimas de unas circunstancias inamovibles o de algún extraño destino.

Al tomar conciencia, podemos cambiar nuestra percepción. El primer paso consiste en cambiar nuestros pensamientos sobre los diversos acontecimientos. Por fin puedo hacer algo por cambiar mi vida.

Tenemos libre albedrío, aunque sea muy estrecho y limitado, y esto nos permite cuestionarnos a nosotros mismos y nos conduce a pensar que quizá sí sea posible cambiar algo. Si este algo es pequeño, no importa: con el tiempo, gracias a las nuevas circunstancias que atraeremos a nuestras vidas, en nuestra navegación en este mar de conciencia, el puerto de destino estará muy lejos del puerto inicial.

La mente cuántica nos permite disponer de un pensamiento abierto a una infinidad de posibilidades, pensamiento que nos devuelve el protagonismo en nuestras vidas y se lo quita a los acontecimientos externos. 
Es un pensamiento que comprende que todo lo que nos rodea habla de nosotros, que, de alguna forma, lo hemos atraído a nuestras vidas, y que debemos interpretarlo teniendo en cuenta siempre nuestras propias proyecciones, sabiendo que estas proceden del inconsciente y que este solamente desea lograr la toma de conciencia para hacer los cambios pertinentes. 
Esta es la alternativa a seguir soñando con que no podemos influir en nada de lo que nos sucede, sino solo quejarnos y sentirnos desgraciados o afortunados.




domingo, 23 de octubre de 2022

Transformación consciente y salud

 



De oruga a mariposa:

Cuando la oruga ha comido lo suficiente, busca un lugar seguro, teje un capullo y se encierra en él. Luego muda su piel externa y segrega una cubierta más fuerte y gruesa, permanece en este estado de crisálida sin comer, sin excretar, sin moverse, y en ese capullo ocurre un proceso de transformación por el cual muere la mayor parte del cuerpo viejo de la oruga.

Se liberan unas enzimas que digieren el tejido de la oruga, o sea que se digiere a sí misma, pero no todo el tejido es destruido, quedan algunos grupos de células que hasta ese momento estaban “dormidas” y que ahora comienzan a crecer de nuevo supervisando la construcción del nuevo cuerpo con los jugos digestivos del viejo cuerpo de la larva.

Unas células serán el ala, otras formarán las patas, antenas, y demás órganos de la mariposa adulta. Emergerá una criatura nueva, que ya no tendrá que arrastrarse para comer, ahora la mariposa con sus hermosas alas puede experimentar la vida de una manera que la oruga “nunca hubiera podido imaginar”, y todo gracias a la muerte de la criatura anterior.

Esto podemos compararlo a la vida misma, refleja hasta qué punto la vida es un proceso de transformación en el que todos los acontecimientos fluyen de forma permanente y de cómo cada cosa que nos sucede tiene un significado, un porqué, aunque no logremos verlo.

Esto lo confirma nuestro propio cuerpo, en el que cada cierto tiempo se regeneran sus células hasta el punto de que cada siete años todo el organismo es prácticamente nuevo. Vemos como cambian con los años nuestro carácter, nuestras formas de pensar o nuestras actitudes.
Pero hay un aspecto que nos cuesta mucho más modificar: las creencias. Y es que por lo general, las creencias están tan profundamente arraigadas en nosotros, que cuando alguien las pone en entredicho, se produce casi siempre una fuerte resistencia. Esta resistencia es una de las mayores dificultades del ser humano para crecer interiormente.
Y es que no somos conscientes de la tremenda programación a la que hemos sido sometidos desde que nacimos, primero por nuestros padres y familiares cercanos, luego por los maestros en la escuela, el ambiente y la sociedad en la que hemos vivido. De tal manera que las respuestas que damos ahora, como seres adultos, están condicionadas por todo esa carga de creencias impuestas.

Estas creencias están tan arraigadas, que condicionan nuestra visión de las cosas, nuestros gustos, nuestras percepciones emocionales y psicológicas, y, en suma, nuestra personalidad. Sin embargo, es sólo confrontando nuestras creencias con otras, replanteándonos lo que siempre hemos creído, como podemos avanzar, como podemos percibir otras realidades, como podemos evolucionar y crecer como personas. Única forma de poder realizar una transformación consciente. Esta transformación supone poder elegir en todos los ámbitos, por nosotros mismos, saliéndonos del condicionamiento, de las creencias.
Y ahí encontramos la mayor dificultad, porque "creer" es asumir como ciertas las informaciones recibidas por distintas vías sobre un tema para, inmediatamente, convertirse en verdades, sin cuestionarlas.

Con lo cual, las creencias, en general, están exentas de lógica y suelen asentarse en el inconsciente colectivo hasta que son sustituidas por otras con mayor carga racional. De manera que conforman una especie de programas o esquemas mentales a través de las cuales discurren nuestros pensamientos y vemos la realidad. Por eso cuando cambiamos el esquema mental, es decir, cuando modificamos "los programas", cambia inmediatamente la realidad de la persona.
Algo de mucha importancia en el ámbito de la salud. Porque hoy se sabe que si en vez de creer que sufrimos procesos degenerativos, creemos que nuestro cuerpo se renueva a cada instante, que hay una inteligencia innata que se ocupa de mantener la vida, que nuestras células llevan impresa la orden de supervivencia, estaremos dando a nuestro cuerpo un mensaje de equilibrio y salud. Y, sobre todo, no habrá en nuestro interior miedo, la emoción más nociva de todas porque influye en esa orden de supervivencia inscrita a nivel genético.

De ahí que ser conscientes de nuestros procesos físicos, emocionales y mentales redunde de inmediato en una mejoría de la salud. Así lo demostraron, entre otros, los experimentos de laboratorio realizados por el Dr. Deepak Chopra en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y en la Asociación de Medicina Ayurvédica de Lancaster, Massachusetts, según los cuales todas las funciones supuestamente involuntarias -regidas por el inconsciente- del cuerpo, como el latido del corazón, la respiración, la digestión, la temperatura corporal, las secreciones hormonales, etc., pueden ser también reguladas conscientemente mediante la biorrealimentación, un proceso de toma de consciencia muy sencillo basado en técnicas de meditación.

Algo comprensible si tenemos en cuenta que si la energía mental coordina el orden electromagnético de la energía vital y ésta a su vez mantiene el orden a nivel celular, cuanta más coherencia haya en la emisión de pensamientos mayor será el aporte energético que recibirá nuestro cuerpo físico, lo cual beneficiará mucho nuestra salud.
Por el contrario, la inconsciencia puede provocar un caos o desorden energético que a la larga terminará produciendo deterioros corporales. En cambio, una vida de participación consciente los previene. Es decir, si prestamos atención a los procesos corporales en lugar de dejar que funcionen de forma automática se producirá en ellos una mejora sustancial.

Mediante ejercicios de respiración consciente comienzan a los pocos minutos a sincronizarse las ondas cerebrales, se aquieta el ritmo cardiaco y se equilibra la presión arterial.

Por otra parte, sabemos que nuestros sistemas más importantes son el endocrino, el inmunológico y el nervioso ya que son los principales controladores de nuestro cuerpo. Pues bien, las células inmunitarias y las glándulas endocrinas tienen los mismos receptores de señales cerebrales que las neuronas; es decir, son como una prolongación de nuestro cerebro que circula por todo el cuerpo.
Lo que ha llevado a los científicos a plantearse que la consciencia ha de existir en realidad en todas las células de nuestro organismo. De hecho, está comprobado que los estados de aflicción mental se convierten en procesos bioquímicos que crean enfermedades pero también es verdad que un estado de felicidad, alegría, ilusión u optimismo es capaz de producir automáticamente las sustancias necesarias naturales para contrarrestar la enfermedad.

A fin de cuentas, la entropía -es decir, la tendencia que tienen los sistemas complejos a desorganizarse- sólo tiene lugar -en lo que al ser humano se refiere al menos- en el mundo físico. No ocurre así en el plano mental -no hablamos del cerebro, que es un órgano físico- ya que está en un nivel vibratorio superior y no sigue esa tendencia. De ahí que pueda volver a poner en orden el caos electromagnético que produce toda enfermedad.


Ampliando nuestra conciencia

Es preciso entender que el aprendizaje del ser humano no se completa en una determinada etapa sino que es algo consustancial y no termina nunca. En consecuencia, sólo estamos limitados por nuestro grado de consciencia, lo que implica que en la medida en que ampliemos ésta se ampliarán también nuestros propios límites.

Y es que es el desconocimiento de nosotros mismos lo que nos hace víctimas de la enfermedad, del envejecimiento y de la muerte. Por eso es tan importante revisar de manera constante todas las creencias que hemos ido acumulando a lo largo de la vida ya que a lo mejor descubrimos que pueden ser sustituidas por otras más acordes con nosotros, con la vida y con la realidad. Algo a lo que podemos acceder hoy merced a los nuevos descubrimientos de la ciencia en todos los ámbitos.

Sabemos que nuestra mente es un arma de doble filo y que tanto puede destruirnos como curarnos. Sólo depende de cómo adiestremos o condicionemos nuestros pensamientos para crear patrones mentales destructivos o constructivos. Además, de la actitud con la que afrontemos nuestros problemas de salud dependerá que ello redunde en un beneficio para nuestro crecimiento como seres en evolución o que la experiencia se limite a formar parte del sufrimiento de la inconsciencia.

Veamos pues la enfermedad como una oportunidad para descubrir aquellos aspectos de nuestra vida que no funcionan. Para ello sólo tenemos que escuchar a nuestro cuerpo cuando nos habla.

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domingo, 14 de febrero de 2021

La Descodificación del síntoma


Tenemos la creencia culturalmente que la enfermedad es algo “malo” a lo que hay que temer y erradicar, cuando se trata simplemente de una respuesta que el cerebro da para la supervivencia del individuo, de su clan y de la especie.

Se trata de un cambio de paradigma, de visión; comprender la enfermedad de esta manera, y saber que hay una serie de leyes que hasta hace poco eran desconocidas, nos da la posibilidad de mejorar en cualquier proceso de enfermedad e incluso sanarnos.

El comprender el funcionamiento y los fundamentos de esta visión científica, es primordial para que la persona cambie su visión acerca de la enfermedad, comprendiendo que la dolencia no es una desgracia, algo negativo, sino más bien que se trata de una solución de supervivencia que da su cerebro, y que puede eliminarse si desaparece el conflicto que la originó, se trata de hacerlo consciente y cambiarlo para que el estrés psíquico desaparezca.

Todo conflicto emocional tiene su origen en una necesidad básica que no ha sido satisfecha, ya sea de alimentación, de reproducción, de no haber podido defender el territorio, una necesidad de valorización, o necesidad de comunicación, de identidad y de pertenencia.

Estos conflictos biológicos son arcaicos, básicos y se corresponden a nuestras 4 necesidades básicas biológicas:

· sobrevivir (comer, respirar, eliminar, reproducirse),

· protegerse (tener cobijo, abrigo),

· desplazarse (movilizarse para satisfacer las necesidades)

· comunicarse (relacionarse con otros seres).

Estas conductas han ido desarrollando los seres vivos en la antigüedad, servían para sobrevivir, y en la actualidad, se activan en las situaciones estresantes que atravesamos cuando tenemos conflictos que no podemos resolver.

Cuando pasamos por una situación que emocionalmente no pudimos resolver dentro de un plazo razonable para las leyes naturales, esta emoción queda en nuestro inconsciente; puede tratarse de una pérdida inesperada, una separación afectiva, la muerte de alguien querido, un diagnóstico terminal, un accidente, una quiebra económica, una situación ofensiva inesperada, un despido del trabajo, etc.

El no encontrarle una solución a este conflicto, hace que el cerebro tome el mando y lo resuelva ejecutando programas biológicos de supervivencia, que la propia naturaleza diseña de manera inteligente desde hace millones de años para este tipo de necesidad, esta inteligencia biológica la compartimos con los animales: la necesidad de alimentarse puede ser real o puede ser simbólica, de la misma manera la necesidad de contacto, de desplazarse, de explorar, de relacionarse, también puede ser real o simbólica, entonces, si no consigo satisfacer esa necesidad (alimento, relación, cobijo, desplazamiento, etc.), la solución es el síntoma, la enfermedad, es la manera que tiene el cerebro de satisfacerla, ya sea por falta o por exceso, el cerebro no puede estar mucho tiempo en estrés, porque supone un gran gasto de energía; cuando no hay una solución externa a esa necesidad, entonces el cerebro dispara una solución interna.

Identificando cual es nuestro conflicto biológico, podemos resolverlo y deducir conscientemente qué necesidad tenemos que satisfacer, ya sea emocional o física.

El cerebro no distingue entre lo real y lo imaginario, por ejemplo si como un alimento y me intoxico, la solución biológica será generar más ácido de lo normal en el estómago porque entonces de esta manera, se optimiza la función de digerir, de la misma manera, si alguien me insulta, o me dice algo desagradable, la solución biológica será exactamente la misma, más ácido de lo normal para “digerir” ese “alimento indigesto”, siempre depende de cómo yo viva emocionalmente el conflicto, de la interpretación que le dé a lo que me pasa y la carga emocional que se movilice.

Cada parte del cuerpo busca satisfacer su función; alimentarse, oxigenarse, eliminar, reproducirse, procesar líquidos, protegerse, comunicarse, etc. Si por ejemplo quieres comer realmente y no puedes en un tiempo determinado se produce un bioshock. Si tenemos miedo de no poder alimentarnos o alimentar, y no encontramos una solución a ese miedo, se producirá el mismo bioshock.

Ante ese shock que genera un conflicto de estrés donde no se encuentra aparentemente una solución inmediata, el cerebro dará la orden de hacer un síntoma, como solución y autocuración involuntaria del conflicto.

Con lo cual, es importante preguntarse y tomar consciencia, ante una enfermedad o síntoma:

§ ¿Para qué mi biología se expresa con este síntoma? ¿qué mensaje me está dando mi cuerpo con este síntoma?

§ ¿Qué conflicto psicológico (que pensamientos recurrentes, como lo interpreto..) desencadenó la enfermedad?

§ ¿Qué necesidad no fue cubierta?

§ ¿Cómo hacer para desactivarlo, que tengo que hacer o dejar de hacer para resolverlo?

§ ¿Qué me impide hacer la enfermedad y qué me obliga a hacer?

§ Tomar conciencia de ¿qué beneficios obtengo gracias a esta enfermedad?

§ ¿Qué cambió en mí y en mi entorno, a partir de la enfermedad?


El programa biológico de una enfermedad determinada puede incluso provenir de un conflicto no resuelto en el árbol genealógico del individuo, especialmente cuando una persona expresa una enfermedad antes de los siete años de vida, pues los conflictos no resueltos por los ancestros, van pasando como información a través de la genética, hasta que alguien los resuelva. Y una tercer manera de programar la enfermedad, es en el vientre materno, y lo abordamos como Proyecto Sentido.


Curso Bases de la Descodificación del Síntoma


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sábado, 1 de febrero de 2020

Campos Morfogenéticos- Dr. Rupert Sheldrake

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La idea de la existencia de campos morfogenéticos ya estaba presente en la biología desde 1920, pero es el doctor Rupert Sheldrake – bioquímico graduado en Cambridge, con estudios en Ciencias Naturales y filosofía, autor de varios libros y de muchos artículos publicados en revistas científicas, e investigador de la Royal Society y del Clare College de Cambridge – el que desarrolla esta idea, para responder a la necesidad de extender la visión científica del mundo. 


Teoría de los campos morfogenéticos 

Los genes, aunque son esenciales, no explican la forma de todas las cosas, porque son proteínas, o sea, materiales de construcción. 

La teoría genética explica cómo llega el material correcto a la célula que corresponde, en el momento preciso, pero no explica las formas. 

Un óvulo fecundado contiene pocas estructuras, sin embargo, en el proceso de crecimiento se forman nuevas estructuras. 

La existencia de campos morfogenéticos puede explicar qué es lo que da lugar a la forma del organismo en desarrollo y lo guía hacia su forma definitiva; actuando como un molde o plano de la obra final, mecanismo que operaría en toda la naturaleza. 

Pueden existir distintos campos mórficos según su jerarquía; puede tratarse de un organismo entero o bien de los distintos órganos. 

Toda la naturaleza está formada por ecosistemas, que son sistemas de estructuras que contienen otras y que se relacionan entre sí. 

Por ejemplo, dentro de las moléculas hay átomos y dentro de los átomos hay partículas subatómicas. 

Un organismo vivo habita en sociedades organizadas, grupos o comunidades que tienen cierta estructura; y la realidad de la naturaleza consta de capas y niveles. 

Rupert Shaldrake propone que en cada uno de estos sistemas o niveles hay una especie de campo que los organiza y en cada nivel, el todo, que es este campo organizado, es más que la suma de las partes. Esta forma de entender la realidad es holística. 

El fenómeno de la regeneración es una razón para pensar en la existencia de estos campos morfogenéticos. 

Por ejemplo, si cortamos una tenia por la mitad, ésta se regenera; si le cortamos a un sauce una rama, cada gajo puede convertirse en un sauce; y esta propiedad integradora también existe en la materia inanimada. 

Si cortamos un imán en pedazos, cada una de esas partes será un imán completo. 

No se pueden cortar rebanadas de un campo, porque el campo es completo. Como sucede con los hologramas, si uno elige una parte persistirá la imagen completa, porque estos son fenómenos propios de los campos. 

La teoría de los campos morfogenéticos afirma que todos los seres vivos tienen su campo. El hombre tiene menos poder de regeneración que la mayoría de los animales pero puede regenerarse su hígado, la piel si hay una lesión, la sangre y el pelo. 

Las plantas tienen un poder regenerativo enorme, algunos anfibios, como el Tritón, pueden regenerar sus patas si las pierden. 

Las ranas no regeneran sus miembros pero sí se les regeneran, si se les aplica una descarga eléctrica en el muñón, o sea que su capacidad de regeneración no es espontánea y parece estar bloqueada. 

El hombre no regenera sus miembros, pero si por ejemplo pierde un brazo, continúa existiendo el campo de ese brazo. Un ejemplo son los amputados que siguen sintiendo el órgano perdido (dolor fantasma). 

No sólo existen los campos morfogenéticos sino que además evolucionan y tienen memoria colectiva determinada estadísticamente o sea por la estructura más probable de todos los seres de la especie anterior. 

De esta misma forma son los campos cuánticos de la física cuántica; estructuras probables que ejercen su influencia sobre el destino de los organismos en desarrollo que pueden alterar las probabilidades de procesos indeterminados, caóticos o no caóticos, fenómeno que se denomina resonancia mórfica. 

Los campos desplazan la información a través del espacio tiempo y su base es la similitud; cuanto mayor es la similitud mayor es la influencia o resonancia mórfica. 

La máxima resonancia mórfica que existe entre los humanos es entre gemelos idénticos. 

La capacidad de evolución de los campos mórficos permite la creatividad; y el propósito de la evolución parece ser la diversidad. 


Fuente: Conferencia del Dr. Rupert Sheldrake- Buenos Aires. (La Guia)